Después de una semana de intensas negociaciones, el pasado 1 de julio, Caixabank y los sindicatos pactaron el mayor ERE de la historia de la banca española, que afectará a 6.452 trabajadores (el 14,5% de la plantilla) y tendrá un coste de 1.900 millones de euros. Finalmente, se extinguirán 1.839 contratos menos de lo previsto y, como reclamaban los sindicatos firmantes del acuerdo, las salidas serán todas voluntarias. Además, como apuntaba Economía Digital en su reciente artículo “El grueso del ERE de Caixabank afectará a la plantilla de Bankia”, parece que la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri se verá más alterada por la restructuración, en la medida en que, después del ERE que realizó en 2019, Caixabank cuenta con una plantilla más joven.

Del total de empleados involucrados en la restructuración, 832 corresponderán a servicios centrales; 5.419 a las redes de oficinas, direcciones territoriales y servicios centrales distribuidos y 171 a otros conceptos. Además, Madrid será la provincia más afectada con 1.286 extinciones; seguida de Barcelona, con 528; Valencia, con 461 y Murcia, con 347.

Como anunciaron ambas entidades, el acuerdo divide la plantilla en tres colectivos, a los que corresponden distintas indemnizaciones: los trabajadores entre 54 y 67 años (grupo A), los empleados de 52 y 53 años (grupo B) y los trabajadores de menos de 52 (grupo C).

Así, los trabajadores de más de 63 años recibirán la indemnización mínima legal (20 días por año trabajado con tope de 12 mensualidades). En cambio, los empleados entre 54 y 63 años con una antigüedad mínima de seis percibirán una indemnización del 57% de su salario fijo hasta los 63 años, el pago del convenio especial con la Seguridad Social hasta la misma edad y una prima de adhesión al ERE de entre 18.000 y 28.000€. Por otro lado, los trabajadores de 52 y 53 años que tengan al menos seis años de antigüedad recibirán un 57% de su salario fijo multiplicado por siete anualidades, el pago del convenio de la Seguridad Social hasta los 63 años y una prima de adhesión de 38.000€. Además, a los trabajadores con menos de 52 años y los que lleven menos de seis años en la empresa recibirán 40 días por año trabajado con tope de 36 mensualidades, así como una prima de entre 13.000 y 23.000 según su antigüedad.

Además, según fuentes periodísticas será la plantilla de Bankia la que se vea más afectada por la restructuración. Así, de los 6.290 trabajadores susceptibles de salir en el grupo A, el 58% procede de Bankia y de los 2.886 susceptibles de hacerlo en el grupo B, más de la mitad (52%) pertenecen también a la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri. No debemos olvidar que, en 2019, Caixabank hizo un ERE a través de prejubilaciones y bajas incentivadas, por lo que cuenta con una plantilla sensiblemente más joven.

Aunque no es fácil calcular el número de salidas, Bankia ha establecido que, dentro del grupo A, primero deben salir todos los que tengan más de 63 años y, a continuación, los mayores de 56. Seguidamente, se priorizará a aquellos miembros del grupo C que no tengan dificultad para encontrar otro trabajo. A continuación, saldrán el resto del colectivo A (menores de 56) y, por último, el grupo B, el más caro de indemnizar. Así, aunque incluso hacer un cálculo aproximado parece precipitado, parece claro que la mayor parte de las salidas serán por parte de Bankia. Además, el acuerdo incluye también el cierre de 1.534 sucursales, el 27,6% del total de la entidad y un 70% de las que tenía Bankia antes de la fusión.

Además de las extinciones, el acuerdo recoge 570 recolocaciones directas en empresas filiales del grupo Caixabank, como 457 en Caixabank Tech o 26 el Building Center. También se ofrecerán 138 vacantes en estas empresas filiales, que se cubrirán a través del correspondiente proceso de selección.

Por otro lado, como informaban ambas entidades, para garantizar la voluntariedad de las salidas se ha establecido un periodo de adhesión, que comenzó el pasado 16 de julio y se cerrará el 30 de este mes. Así, el banco ha puesto en marcha una plataforma online donde los trabajadores interesados en abandonar la entidad pueden calcular cual sería su indemnización y adherirse al ERE de manera voluntaria. De hecho, cuando ni siquiera había transcurrido la mitad del plazo, un total de 5.287 trabajadores ya habían solicitado la adhesión, lo que representa un 82% del total de las bajas previstas y demuestra la respuesta favorable de los propios trabajadores al plan de restructuración.

Así, si se cumplen los plazos previstos, Caixabank debería responder a los interesados antes del 20 de septiembre y las salidas se producirían desde el último trimestre del año, aunque podrían alargarse durante todo el año 2022.

De esta manera, tras días de intensas negociaciones, que llegaron a provocar dos huelgas en Caixabank, las partes han llegado a un acuerdo que parece satisfacer tanto a la entidad financiera como a los sindicatos. De hecho, UGT, CCOO y SECB-Fine, firmantes del acuerdo, han declarado que gracias al “trabajo duro” se han logrado unas “buenas condiciones económicas para la plantilla que abandona la empresa”.

 

 

De acuerdo