El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, ha pedido «respeto» para las víctimas de abusos en la Iglesia que «eligen» acudir a dar su testimonio, bien a la institución que él dirige, bien al despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo –al que los obispos encargaron una investigación–, y ha advertido de que no se trata de hacer una «amalgama» de asuntos.

«Preguntaban por Cremades. Hay que tener respeto a las víctimas. Las víctimas eligen el lugar al que desean ir, eligen, y lo que no se trata simplemente es de ahora que han elegido no ir a un sitio o ir a otro, hacer una especie de amalgama de los asuntos», ha valorado Gabilondo este lunes, en su comparecencia ante la Comisión Mixta de Relaciones con el Defensor del Pueblo, en el Congreso de los Diputados, en respuesta a una pregunta del diputado de Vox Julio Utrilla.

Además, el Defensor del Pueblo ha asegurado que están buscando la colaboración de todas las instituciones y están «escuchando a todas, también, por supuesto a la Iglesia católica», con el objetivo de buscar «elementos reparadores, restaurativos» y que «no vuelva a suceder».

Sobre el plazo para entregar el informe sobre los abusos en la Iglesia, Gabilondo ha indicado que están trabajando con la intención de entregar las conclusiones de la investigación «dentro de esta legislatura» para poder presentar un resultado a quienes les han hecho la encomienda, pero ha reconocido que «probablemente haga falta más tiempo» porque quieren hacer un trabajo «con rigor, seriedad y sin querer convertirlo en una acumulación de información sin más».

El próximo 10 de marzo se cumplirá un año desde que el Congreso aprobó abrir una investigación sobre los abusos sexuales a menores acaecidos en el seno de la Iglesia católica.

Ante esta encomienda, el Defensor del Pueblo creó una comisión asesora –compuesta por 17 expertos externos, el propio Defensor del Pueblo y sus adjuntas primera y segunda–, y una unidad de atención a víctimas, que está operativa desde el pasado mes de julio. A finales de octubre, esta unidad había abierto un total de 253 expedientes de víctimas de abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica, y había realizado 149 entrevistas personales.

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