Un estafador británico defrauda €179 millones a clientes de todo el mundo a través de una estructura piramidal (“Ponzi”) operada desde cuentas bancarias de Garanti BBVA en Turquía
La filiar turca del BBVA, Garanti BBVA, no cumple con los requisitos mínimos de compliance con sus clientes y pone en riesgo la integridad del conjunto de procedimientos y buenas prácticas adoptados por la organización así como los depósitos e inversiones de sus clientes
La entrada de BBVA en el Banco turco Garanti tuvo lugar en 2011, y actualmente controla casi el 50% de la entidad. Este porcentaje otorga a BBVA el control de la gestión, lo que le ha permitido designar a 4 de los 9 consejeros que integran el Consejo de Administración, e incluso consolidar los resultados del Banco Turco en sus cuentas.
En la web del actualmente denominado Garanti BBVA, se promocionan como un banco “Con un avanzado modelo de gobierno corporativo que promueve los valores fundamentales del Banco; Garanti BBVA cuenta con Banco Bilbao Vizcaya Argentaria S.A. (BBVA) como accionista mayoritario con una participación del 49,85%. Sus acciones cotizan en bolsa en Turquía y sus recibos de depósito en el Reino Unido y Estados Unidos, Garanti BBVA tiene un free float real del 50,06% en Borsa Istanbul a 30 de junio de 2018”.
Pues bien, en este contexto, se han dado casos de prácticas fraudulentas en el mercado de divisas que operan desde cuentas abiertas de Garanti Bank a nombre de ciudadanos extranjeros, especialmente procedentes de Reino Unido, prácticas que deberían haber sido señaladas como sospechosas por los equipos de compliance de Garanti Bank
¿Cómo se defraudó a los inversores?
A partir de 2004, el Sr. Joseph Lewis, ciudadano inglés y residente en Turquía, comenzó a operar lo que se comercializó como un «servicio de gestión de inversiones» con el nombre de «LON-IST». Con sede en Estambul, los servicios de LON-IST se anunciaron en una página web (www.lon-ist.com), que a partir de 2007 incluía el comercio de divisas. LON-IST solicitó y recibió fondos de inversores para el comercio de divisas al menos desde diciembre de 2007, y recibió considerables fondos adicionales en el período 2008-2010. Además del sitio web, el negocio de forex de LON-IST fue anunciado a través de una red informal pero global de profesionales de una variedad de países, incluyendo Turquía, Reino Unido, Francia, Canadá y Australia.
El Sr. Joseph Lewis abrió varias cuentas en una sucursal de Garanti en Estambul con el objetivo de recibir los fondos de inversores defraudados. Tanto el Sr. Joseph Lewis como las diversas entidades jurídicas que creó no contaban con ninguna de las licencias necesarias de la autoridad nacional de reglamentación para operar en el mercado de divisas.
No se entiende como Garanti no detectó inmediatamente las actuaciones de Sr. Joseph Lewis, el cual estaba utilizando el nombre LON-IST para solicitar y transferir fondos de cientos de inversores, sin la debida autorización y todo ello a través de las cuentas de Garanti.
Los inversores podían obtener tarjetas ATM vinculadas a las cuentas Garanti, que a su vez estaban ligadas a la cuenta personal del defraudador.
Además, uno de los medios de venta que LON-IST utilizaba para atraer a los inversores era que podían obtener tarjetas ATM vinculadas a las cuentas Garanti, lo que les aseguraba que sus fondos eran accesibles en todo momento.
En 2010, el Sr. Joseph Lewis logró acceder al programa de banca privada Garanti Masters, que utilizaba para emitir tarjetas ATM a los inversores. Algunas de las tarjetas contenían los nombres de los inversores, mientras que otras mostraban el nombre de Joseph Lewis en el anverso de la tarjeta, pero estaban firmadas por los inversores individuales en el reverso: todas las tarjetas tenían el número de cuenta personal de Joseph Lewis.
Todo este entramado, el excesivo número de tarjetas vinculadas a una sola cuenta, y el gran volumen de dinero en efectivo habrían, por sí solos, levantado suficientes “banderas rojas” para cualquier banco que operara con los procedimientos adecuados de compliance.
LON-IST en la lista de empresas no autorizadas por la Financial Services Authority («FSA»)
Es más, el anuncio de la entonces Financial Services Authority («FSA») del Reino Unido en relación con LON-IST debería haber desencadenado una rápida reacción por parte de Garanti.
El 14 de septiembre de 2010, la FSA emitió una alerta pública con el fin de advertir a los inversores sobre LON-IST, puesto que esta empresa no estaba autorizada a llevar a cabo actividades de inversión reguladas en el Reino Unido, e identificó específicamente el sitio web (www.lon-ist.com).
Con el fin de desvincularse del nombre ya desprestigiado de LON-IST, el 27 de enero de 2011, Joseph Lewis envió a los inversores un correo electrónico informándoles de que el negocio había sido rebautizado con el nombre de Joe Lewis Trading (JL Trading) y se trasladó a otro sitio web (www.joelewis-trading.com).
A pesar de estar en el listado de la FSA, y del sospechoso cambio de denominación y sitio web, todos los acuerdos de Joseph Lewis con Garanti se mantuvieron: los datos bancarios facilitados a los inversores por parte JL Trading eran idénticos a los facilitados para LON-IST; JL Trading siguió recibiendo importantes fondos de los inversores en esas cuentas entre 2011 y 2014 (cuando BBVA ya había entrado en el banco turco); y Joseph Lewis siguió emitiendo tarjetas ATM de los inversores vinculadas a su cuenta Garanti Masters entre 2011 y 2013 (ídem).
La revelación del fraude y sus consecuencias
El 3 de diciembre de 2014, el Sr. Lewis circuló un correo electrónico en el que afirmaba que JL Trading había perdido todos sus activos y que no podría devolver los fondos de sus inversores. También admitió que JL Trading había dejado de operar en el mercado de divisas en 2009 y que, por lo tanto, sus declaraciones posteriores sobre su actividad comercial habían sido completamente falsas. Las noticias del escándalo fueron publicadas en la prensa local e internacional, pero los inversores nunca recuperaron su dinero.
¿Y qué hay de los inversores defraudados?
En aquel momento no se hizo eco del papel tan relevante que tuvo Garanti en el fraude, pero su falta de diligencia en el momento en el que se produjeron los sucesos y su desentendimiento del asunto desde el inicio, ha provocado un grave perjuicio a los inversores que se vieron afectados por el fraude.
En este sentido, la filial turca del BBVA no se hace responsable de las pérdidas sufridas por los inversores, a pesar de haber sido la plataforma que ha permitido que se produjese el fraude: ha permitido que un agente no autorizado utilizara sus servicios bancarios y ha resultado ser el apoyo imprescindible de este esquema fraudulento. Si Garanti hubiera sido mínimamente diligente, y hubiera cumplido con sus obligaciones de compliance y buen Gobierno, los inversores no habrían sido defraudados. Es más, incluso cuando los clientes defraudados, después de haber probado documental y fácticamente la responsabilidad subsidiaria de Garanti BBVA, el Banco ha rechazado cualquier tipo de responsabilidad e indemnización a las víctimas. Es de esperar que se abran diligencias legales contra Garanti BBVA en el corto plazo y que la matriz española se vea salpicada en un momento en el que su posición frente a inversores y clientes no es la más favorable.