El pasado 19 de febrero se celebró en Madrid, durante la feria de innovación en Hostelería HIP, el I Congreso Europeo de Derecho y Gastronomía, organizado por la Federación de Asociaciones de Cocineros y reposteros de España (Facyre), el despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo y la Asociación de Amigos de la Real Academia de Gastronomía. Estuvieron grandes cocineros como Pedro Larumbe, Juan Antonio Medina, Roberto Capone o Mario Sandoval, presidente de Facyre, que sintetizó el eje del congreso: “Es importante que se inicie un proceso de protección a la gastronomía, a los autores y a la comida española, como la tapa, y también a nuestras costumbres y nuestra cultura, que es lo que defendemos cada día en nuestros restaurantes. El encuentro fue inaugurado por el Ministro de Justicia, Rafael Catalá, quién destacó la importancia de que el Derecho se acerque a la sociedad y sus problemas reales para generar seguridad jurídica como forma de producir desarrollo y empleo, así como la necesidad de proteger los derechos a autor de chefs y cocineros.
Tanto Javier Cremades, presidente de Cremades & Calvo-Sotelo, como yo destacamos la pertinencia de un congreso de estas características, que analice si el marco jurídico es el adecuado para el cambio que está experimentando el sector de la gastronomía en nuestro país. Lo importante es dar respuesta a las nuevas realidades y a la emergencia de la cocina de la libertad (saludable, solidaria, sostenible y satisfactoria) . la gastronomía es un sector que va más allá del arte o la afición a la comida, pues relaciona al hombre y la alimentación con su entorno. Y es indudable que este sector está siendo objeto de atención por parte de instituciones comunitarias y nacionales que desean impulsar la calidad de la alimentación, así como incrementar la educación gastronómica y dietética entre la población. Aquí tenemos una posición privilegiada para su análisis por la calidadde nuestra cocina y por la industria existente.
El congreso se reveló como una paso importante para crear un marco jurídico cierto de esta industria, como persigue desde su fundación la Asociación Europea de Derecho y Gastronomía, cuyo fin es “promover la seguridad jurídica de la gastronomía y de la actividad que desarrollan los creadores, los empresarios, por el valor cultural y social intrínseco de la comida en la sociedad y también fomentar la protección de los derechos incardinados alrededor del sector gastronómico en sus diferentes ramas y sectores. La falta de regulación ha llevado a estos profesionales a aliarse con abogados para impulsar una Ley Integral de Gastronomía, cuyo primer paso es la celebración de este congreso, primero de su categoría en el mundo, que se centró, además, en la regulación legal de los stagiers o cocineros en prácticas.
Javier Cremades pidió “Crear una especie de Lobby para que el legislador español acompañe a la industria gastronómica y a sus líderes, crear un programa estable de estudio del Derecho de la Gastronomía, que dirigirá el exministro César Antonio Molina, y mantener este congreso para que sea un foco de reflexión. Otra tarea del legislador en España, tras la declaración de la dieta mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010, es protegerla como bien de interés cultural.
Valoro especialmente que el Ministro de Justicia se haya comprometido a estudiar las conclusiones de este Congreso, que también enviarán a Bruselas. La cobertura legal de la creación gastronómica es un camino imparable.
Rafael Ansón
Presidente de la Real Academia de Gastronomía