Las grandes compañías tecnológicas recogen los datos, los anonimizan y los emplean para sus propios servicios de publicidad. Google y Facebook facturaron más de 80.000 millones de euros vendiendo publicidad con los datos de sus usuarios en 2015.
Dicen los expertos que los datos son el petróleo de la Inteligencia Artificial. Las plataformas digitales los han convertido en su modelo de negocio. Cuando compartimos información haciendo un me gusta en las redes sociales estamos generando mucha información sobre nuestros gustos, ideología y otras pautas que se analiza, procesa y comercializa a anunciantes según las especificidades de los públicos que buscan.
Tras las dos revoluciones industriales de finales de los siglos XVIII y XIX, nos encontramos ante una tercera gran ola de invención y disrupción económica impulsada por los avances en la computación y las tecnologías de la información que está dando lugar a una gran transformación económica de nuestra sociedad. Sin embargo, el crecimiento exponencial de la capacidad de computación está siendo lento en su materialización.
Este crecimiento exponencial de computación ha permitido usar algoritmos ingeniosos para lograr una especie de inteligencia de los circuitos que están extendiéndose a nuevas áreas, incluyendo las finanzas. Un ejemplo son los Robo Advisors que son plataformas de inversión online que ofrecen un servicio de asesoramiento informatizado basado en algoritmos sin intervención humana en las decisiones de inversión, es decir, independientes a las emociones. Para ello, a través de cuestionarios, se determinan los perfiles de los inversores, valorando su tolerancia al riesgo, conocimientos financieros, capital disponible, etc. y a partir de ahí se realiza la distribución de activos, generalmente a través de lo que se conoce como Fondos indexados y ETF. Estos gestores automatizados están comenzando a tener una buena aceptación por parte de los inversores, especialmente los Millennials, para acceder a lo que se denomina gestión pasiva de fondos.
Hasta ahora las gestoras de fondos tradicionales se han visto sacudidas por la irrupción de la gestión pasiva como ha sido el caso de los Robo Advisors, que hace reducir los márgenes, pero las amenazas pueden ser mayores para estas gestoras pues la agencia Moody’s en su último informe que titula La segunda ola de disrupción será digital, destaca la posibilidad de que nuevos competidores entren en el negocio de los fondos. Se está refiriendo a los gigantes tecnológicos como Google, Amazon o Apple, que podrían tener interés en entrar en el sector de la gestión de activos, no por las comisiones de gestión que ya se sabe que no son muy atractivas, sino para facilitar la recopilación de datos de sus clientes y mantenerlos en los ecosistemas de sus compañías. De hecho, dice Moody´s que Amazon, Square o Paypal ya han empezado a usar sus analíticas de datos y sus canales de distribución para lanzar plataformas de direct lending (financiación a empresas). También Alibaba en 2013 ya introdujo Yu’e Bao, el mayor fondo monetario del mundo con 260 millones de partícipes y un patrimonio gestionado de 183.000 millones de euros.
Todo esto, explica Moody’s, estaría provocado por la falta de innovación en las gestoras tradicionales, algunas de las cuales están acelerando su digitalización y al mismo tiempo pidiendo a los reguladores que exijan a estas nuevas plataformas los mismos requisitos legales a los que está sujeto el sector financiero.
Nos encontramos, pues, ante un nuevo campo para las grandes tecnológicas, el mundo de los servicios financieros que pueden dar el paso de los Robo Advisors a la gestión de activos.
Con el tiempo veremos hasta qué punto son capaces de revolucionar el negocio tradicional de gestión de los fondos de inversión tal como se teme Moody´s. Tal vez sería más lógico pensar en una fórmula híbrida que complemente el asesoramiento personalizado que permite apostar por inversiones guiadas por la experiencia e intuición del asesor financiero humano, con técnicas basadas en algoritmos que ofrezcan un mejor servicio al cliente digital. Hoy en día ya existen algunos gestores de fondos que utilizan técnicas algorítmicas para optimizar las inversiones dentro de unos parámetros de volatilidad. Es muy probable que este sea el punto fuerte de los gigantes tecnológicos para entrar en este mercado y conseguir los datos de los inversores que puedan servirles en sus canales de distribución. Sea como fuere, las gestoras deben acelerar su proceso de digitalización pensando en ofrecer el mejor servicio al cliente sin descartar alianzas con las tecnológicas del mismo modo que está pasando con las empresas financieras tecnológicas (fintech) y la banca tradicional.