Uno de los debates más intensos en nuestro sector, en los últimos años, es el que está enfrentando a los editores de diarios, en varias jurisdicciones, con el coloso de las búsquedas en Internet, Google. Este último creó en fechas no muy lejanas el servicio Google News, al que los editores ven como competidor.  Aunque este parece un debate sobre Propiedad Intelectual, probablemente es más una pugna entorno a los modelos de negocio y la configuración de los mercados.

También, en esta última cuestión, la componente jurídica será clave para resolver la disputa. Todos -Google el primero-  se declaran defensores de la Propiedad Intelectual, no hay que olvidar, sin embrago, que en este terreno, la tensión crece entre los defensores del derecho de autor y los partidarios de su abolición, llámese ese movimiento copyleft, procommons o creative commons. El desarrollo de las nuevas tecnologías tras la digitalización ha contribuido a una amplísima desmaterialización del derecho a la propiedad, Tradicionalmente ese derecho capacitaba para ejercer contra terceros las acciones necesarias para mantener el título de propiedad legítima: la reivindicación. La revolución industrial trajo consigo la necesidad de defender la propiedad no solo de bienes materiales, sino de las propias creaciones, ideas, inventos, etc., es decir, el objeto de la propiedad era ya, en muchas ocasiones, algo inmaterial. Para protegerlos se acudió a la creación de registros, que conseguían materializar de alguna manera los bienes. De esta forma las ideas, nombres o invenciones que no fueran registradas difícilmente podrían ser reivindicadas por sus propietarios.

La revolución digital, en cambio, no solo ha provocado una mayor inmaterialidad de esos bienes. Al convertirlos en ristras de unos y ceros se ha facilitado su reproducción y transmisión de tal forma que resulta prácticamente imposible la defensa práctica de los derechos propios del propietario. A la vez, la cuasinfinita combinatoriedad de muchos contenidos hace también complicada la tarea de demostración de la autoría. En la realidad virtual, on line, ha dejado de ser importante tener algo, pues la localización no es relevante y la reivindicación inútil. Ahora, lo realmente decisivo es tener acceso a los contenidos. No en vano, Jeremy Rifkin dedicó todo un libro a desarrollar las consecuencias culturales de este importante cambio: La Era del Acceso.

Para más información sobre este interesante debate puede encontrase en:

http://www.abc.es/20100324/medios-redes-digitales/google-responde-editores-repartira-201003241506.html

http://www.malagavalley.com/noticia.php?id=87

http://www.publico.es/televisionygente/320051/google/editores/prensa/condenados/entenderse

De acuerdo