Para las grandes empresas, muchas de ellas cotizadas, las consecuencias de la reciente reforma del impuesto sobre Sociedades son claramente perjudiciales para sus intereses.

También sale perjudicado el español (socio inversor] que invierte sus recursos económicos en bolsa. En efecto, se ha aprobado una limitación a la compensación de pérdidas fiscales de ejercicios anteriores, lo cual conlleva que para dar de baja de su activo contable los créditos fiscales, los auditores, sujetos al principio de prudencia, utilizan cuentas contables que hace que las empresas incurran en pérdidas en sus balances. Estas pérdidas, además, no afectarían al resultado para la Hacienda Pública (denominado base imponible) solo afectarían al resultado contable del ejercicio, que es la cifra o magnitud que se toma como base para poder repartir dividendos a los socios, entre otras opciones.

Por tanto, muchas empresas importantes de este país ofrecerán resultados con pérdidas, o pocas ganancias, los socios percibirán menos dividendos, o ninguno, y sin embargo el Tesoro Público incrementará la recaudación, necesaria por otra parte para cubrir decisiones anti-económicas de épocas anteriores.

Estos cambios, y otros que también se han aprobado, sin duda que incrementarán la sensación que ya perciben los inversores y empresas extranjeras de que en España hay cierta inseguridad jurídica, lo cual es negativo para las expectativas futuras de inversión extranjera.

Rafael García Millán

Socio/Partner

De acuerdo